En Mo Estética Valdemoro te queremos ofrecer tratamientos estéticos porque quedan pocas semanas para que llegue la Navidad y antes que sea demasiado tarde debemos ir preparando nuestra piel para que esté radiante. Cada edad tiene su ritual de belleza adecuado y existen tratamientos específicos que multiplican los efectos de nuestras cremas. Combatir la sequedad, las arrugas, las manchas, la pérdida de firmeza y otros signos de la edad requiere constancia, en Mo Estética Valdemoro te ofrecemos manos expertas, productos naturales y la aparatología más avanzada como Indiba, Sorisa, In-Body, Miha Bodytec.
A los veintitantos años lo único que necesitas para tener una piel perfecta es una rutina de belleza basada en limpieza, hidratación y protección del sol y del frío. Es el momento de adquirir el hábito que más va a agradecer nuestra piel, desmaquillar, limpiar e hidratar cada noche y limpiar e hidratar cada mañana.
Para aportar un extra antes de las Navidades, podemos hacer una limpieza profunda mediante un Peeling Superficial para corregir manchas o secuelas de acné y que en Mo Estética Valdemoro potenciamos con Indiba y tratamientos personalizados.
Cuando llegamos a los treinta aparecen los primeros, aunque leves, signos de envejecimiento, por eso es importante añadir a nuestro ritual diario de limpieza e hidratación con cosmética natural ( Puranic ), tratamientos que prevengan el envejecimiento cutáneo con ( INDIBA ) , además el contorno de ojos y el serum se hacen obligatorios. Es conveniente realizar un peeling al menos una vez al mes.
Llegas a los cuarenta y todo parece que se acentúa: aparecen manchas y marcas en la cara y a las arrugas activas (las que aparecen cuando gesticulamos) se unen ahora las arrugas pasivas. Mejorar es posible con tratamientos personalizados con INDIBA.
Cuando cumples los cincuenta el mayor riesgo para la piel viene de la mano de los cambios hormonales que aceleran los signos de envejecimiento. Empiezan a preocuparnos las arrugas profundas y la pérdida de definición del óvalo facial.
Cumplidos los sesenta las pieles secas, aunque nuestra rutina de belleza haya sido correcta y salvo intervenciones, se han transformado en arrugas y las grasas en flacidez.